mascarilla capilar
LA IMPORTANCIA DE LA MASCARILLA CAPILAR
Actualmente vivimos en una sociedad que nos empuja a un ritmo frenético, y eso se refleja en nuestra salud en general y en el estado de nuestro pelo. No sólo el estrés afecta a la vitalidad del mismo, sino que los agentes externos como la polución, los residuos, la exposición solar una alimentación irregular contribuyen a la caída del pelo y a que tenga un aspecto apagado y sin vida.
Las mascarillas para el cabello son una ayuda de vital importancia que nos permiten mejorar el estado de nuestro pelo sin dificultad. Podemos comenzar un tratamiento aplicando una mascarilla para el pelo seco dos o tres veces por semana, para después pasar a utilizarla una vez por semana cuando ya tengamos el cuero cabelludo en buenas condiciones.
HAY UNA MASCARILLA PARA CADA TIPO DE PELO
- Uso frecuente: Si tenemos el pelo sano el uso de las mascarillas naturales para el cabello se convierte en una rutina semanal, en vez de aplicar un tratamiento de choque para reparar el cabello utilizaremos una mascarilla protectora frente a las agresiones externas, que nos permita proteger el cabello de por ejemplo, el uso continuado de una plancha de alisado.
- Seco o muy seco: Las mascarillas para el pelo seco y dañado son las más comunes. Son mascarillas hechas de componentes naturales y altamente nutritivos como la arcilla, la cera de abeja, el aloe vera o determinados aceites naturales que hidratan el pelo y lo protegen. Además, utilizando mascarillas hidratantes podremos reparar las puntas y evitar tener que cortarlas con demasiada frecuencia, que es uno de los problemas más frecuentes a los que se enfrentan la mayoría de personas con el pelo largo.
- Con tinte: Las personas que tienen tintes, decoloración o mechas necesitan utilizar mascarillas hidratantes y que protejan el color. Además, dependiendo del tipo de tinte que se lleve deberán utilizar mascarillas con una pigmentación determinada. Por ejemplo, las personas con el pelo platino deben utilizar mascarillas con pigmentación morada para proteger al pelo frente a los tonos amarillos y naranjas que se producen cuando el rubio se oxida, o cuando acudimos regularmente a una piscina que tiene mucho cloro.
- Fino o sin volumen: Para el pelo fino o que carece de volumen se recomienda utilizar una mascarilla con acondicionador. Estas mascarillas para el pelo fino modifican la estructura del pelo, aportándole cuerpo y volumen, creando un efecto de cabello con mucha más vitalidad. Además, este tipo de mascarillas suelen tener silicona que sella la cutícula y la protege frente agresiones externas.
- Indisciplinado: Si nuestro pelo tiende a encresparse y es muy difícil de moldear, la mascarilla más adecuada es una mascarilla con propiedades de alisado. Este tipo de mascarillas para el pelo protegen el cabello frente a la humedad y alargan el efecto de la plancha.
- Rizado: Para el pelo rizado se recomiendan mascarillas específicas que tienen agentes protectores del rizo. Una mascarilla nunca va a ser igual que un tratamiento moldeador, pero sí es cierto que ayudan a mantener el rizo durante más tiempo y a definirlo, al igual que una mascarilla alisadora mantiene el pelo liso y sin encresparse durante más tiempo.
- Expuesto al sol: Si durante el verano tenemos pensado pasar largos períodos de tiempo bajo el sol, utilizar una mascarilla para el pelo es una gran idea. Se puede aplicar después de la ducha o con el pelo seco, cogiendo un poco de mascarilla con un dedo y evitando así que se reseque tras muchas horas de exposición solar o por la sequedad de el agua del mar. La salinidad del agua contribuye a que la textura del pelo cambie y sea más fácil que se quiebren las puntas.
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